La felicidad es algo que aparenta pertenecernos por derecho.
Que somos unos gilipollas si no sonreímos,
desagradecidos o inconscientes.
Pero lo cierto es que la tristeza es un tema serio.
Lo innegable y verídico siempre es un tema serio.
También tengo que reconocer, que una de las cosas más interesantes que pueden resultarme de una persona. Son sus inquietudes y su tristeza.
Con tristeza me refiero, a malas conclusiones y dolor en el pecho.
En ningún momento hablo de miedo.
Porque el miedo,
el miedo si que es de gilipollas.
Pasará la vida.
Siempre habrá a quién consolar,
y una nueva canción triste que tararear.